Machado Por el libro «Presagios»

Francisco a Pedro Salinas:
Si el arte es fuego,
será con sombras divinas,
juego de manos de ciego.

Poeta: 
Antonio Machado

Más poesía de Antonio Machado

A don Miguel de Unamuno
A don Ramón del Valle-Inclán
A José María Palacio
A Juan Ramón Jiménez
A la muerte de Rubén Darío
A orillas del duero
A un naranjo y a un limonero
A un olmo seco
A un viejo y distinguido señor
Abril florecía
Acaso...
Al borde del sendero
Al borrarse la nieve
Al libro «Ninfeas» del poeta Juan Ramón Jiménez
Al maestro "Azorín" por su libro Castilla
Al maestro Rubén Darío
Algunos lienzos del recuerdo
Allá, en las tierras altas
Amada, el aura dice
Amanecer de otoño
Anoche cuando dormía
Ante el pálido lienzo de la tarde
Arde en tus ojos un misterio, virgen
Caminos
Caminos
Campo
Campos de Soria
Consejos
Coplas elegíacas
Coplas mundanas
Crear fiestas de amores
Crece en la plaza en sombra
Daba el reloj las doce...
De la vida
Del pasado efímero
Deletreos de armonía
Desnuda está la tierra
Dice la esperanza
El tiempo que la barba me platea
El cadalso
El casco roído y verdoso
El crimen fue en Granada
El Dios ibero
El hospicio
El limonero lánguido suspende
El mañana efímero
El poeta
El poeta recuerda las tierras de Soria
El rojo sol de un sueño en el Oriente asoma
El sol es un globo de fuego
El sueño bajo el sol que aturde y ciega
El tren
El viajero
Elegía de un madrigal
En abril, las aguas mil
En el entierro de un amigo
En estos campos de la tierra mía
En la desnuda tierra del camino
En medio de la plaza y sobre tosca piedra
Era una mañana y abril sonreía
Eran ayer mis dolores
Es una forma juvenil que un día
Es una tarde cenicienta y mustia
Esta leyenda en sabio romance campesino
Fantasía de una nota de abril
Fantasía iconográfica
Fue una clara tarde, triste y soñolienta
Glosa
Guitarra del mesón que hoy suenas jota
Hacia tierra baja
Hacia un ocaso ardiente
Hastío
He andado muchos caminos
Horizonte
Hoy buscarás en vano
Húmedo está, bajo el laurel, el banco
Introducción a los sueños
Inventario galante
Jardín
La calle en sombra
La casa tan querida
La desierta plaza
La mujer manchega
La noria
La plaza y los naranjos encendidos
La primavera besaba
La saeta
La tarde todavía
La tierra de Alvargonzález
La vida hoy tiene ritmo
Las ascuas de un crepúsculo morado
Las encinas
Las moscas
Llamó a mi corazón, un claro día
Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido
Los árboles conservan
Los jardines del poeta
Los ojos
Los olivos
Los sueños
Los sueños malos
Luz
Me dijo un alba de la primavera
Me dijo una tarde
Me dijo una tarde
Mis poetas
Noche de verano
Noviembre 1913
Orillas del Duero
Orillas del Duero
Otro viaje
Parábolas
Parergón
Pascua de resurrección
Pegasos, lindos pegasos
Poema de un día
Por el libro «Presagios»
Por tierras de España
Preludio
Proverbios y cantares
Recuerdo infantil
Recuerdos
Renacimiento
Retrato
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería
Si yo fuera un poeta
Siempre fugitiva y siempre
Sobre la tierra amarga
Sol de invierno
Sonaba el reloj la una
Soñé que tú me llevabas
SUEÑO
Sueño
Sueño
Sueño infantil
Tal vez la mano
Tarde tranquila
Tenue rumor de túnicas que pasan
Tocados de otros días
Tres cantares enviados a Unamuno en 1913
UN CRIMINAL
Un loco
Una noche de verano
Verdes jardinillos
Y nada importa ya
Y podrás conocerte recordando
Yo escucho los cantos
Yo voy soñando caminos
Yo, como Anacreonte
¡Oh tarde luminosa!
¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja!
¡Oh, figuras del atrio!
¡Y esos niños en hilera!
¿Mi amor?
¿Mi corazón se ha dormido?
¿Y ha de morir contigo el mundo mago?