No Más
No toques más
La luz de mis ojos fieros
Su claro reflejo nocturno
Su silueta tosca y antigüa
No colabores más
Con las lágrimas del río
Su flujo apaña al camino
Lo abraza en acuoso don
A veces oigo, ¿oyes?
A la noche abrir las puertas
De tu casa nueva; a la vieja
La condena, aún, el viento
Redobla el grito
El agua que desees
Mares, nieves, nubes
A la espuma de la orilla, ¿oyes?
Y canta un forzado arrullo
Frío
No toques más el frío
¿Oyes su canción de cuna?
La luz brillaba allá afuera
Y dolía la vista, cansada y ciega
Había tanto silencio, creo,
Que oigo crujir las flores
No obedezcas más
A los feroces rayos
Viejos clamores de las nubes
Su única queja en el tiempo
No vayas más allá de esta cerca
Afuera crepita hasta la grama
Quédate entre estas ramas
Y verás cómo amanece.
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