HASTA QUE ELLA NOS SEPARE

Esos votos, juramentos,
arcanos del desierto de mi cuerpo,
desde que... así como si nada,
"voy y vuelvo"
Con el peso de las culpas.
¡Todas mías!

Recojer los jirones de mi vida,
ni el trabajo, ni la casa, ni los niños
entibían el lecho vacío, carente
de tu cuerpo y tus caricias.
No son mías, son de otra y me torturo
con visiones locas.

De mis lágrimas se fue la sal.
¡Tu boca y "esos besos" no repitas,
olvida esas nuestras caricias!
Por lo menos dame tú ese consuelo,
no te cruces con ella en mi camino,
aún eres muy mío y no se sí...
Le doy muerte o la saludo.

Victoria Liberona Alvear.