Día 0

Tenía quince años y quería enamorarse de un escritor, pero de uno en concreto; jamás lo consiguió. Decía que para morir por amor solo faltaba ver su película favorita.

La soledad era una opción pero quizás no la correcta, esa película trata de un libro jamás escrito, como ella. Su cara, esa que es como la de un asesino arrepentido de su último crimen, el que cometió un viernes trece.

Mientras tanto él es el chico del sofá, quien se pregunta cómo se enamoro de tan bella flor. Debería usar tu nombre para sonar original, ¡Gracias a tus padres! Ellos me ayudaron en primera instancia.

Ella era lo bueno de todo lo malo; lo malo de todo lo bueno. Pero sobre todo estaban sus ojos, esos color marón tierra, donde siempre desee echar raíces.