Inspiración respiratoria

Coloco mis dedos en posición fetal,
presionándolos casi al borde de la fractura.

Tomo una bocanada extra de aire,
e inundo mis pulmones de oxígeno puro.

Humedeciendo mis alveolos,
conduzco por mi torrente sanguíneo,
el precioso oro gaseoso,
a todos los confines de mi cuerpo.

Una respuesta hidrotérmica neutraliza la reacción exotérmica,
que había puesto en peligro,
el funcionamiento de mi máquina biológica.

Mi aliento libera al exterior el producto resultante de este intercambio
que, inerte, es diluido en el éter circundante.

Desbloqueo mis pulgares, alivio la presión ejercida sobre cada una de mis falanges,
y vuelvo a tomar el control.

Una simple inspiración respiratoria,
me hace regresar la serenidad.

© 2022 Juan Manuel Samaniego OcaÑa - "Inspiración respiratoria"
Todos los derechos reservados.