Conciencia helada

Estuve con la conciencia helada y vacía entre cada golpe que la vida me daba.
Las heridas eran tan profundas, casi imposibles de cicatrizar.
Me quedé esperando tu regreso,

sin embargo no sé si culpo al tiempo por haber desgastado nuestro amor

o quizás a ti por haberte rendido tan fácil.

Aún siento la brisa fría sobre mi alma,
el dolor constante que intento ocultar.

Te esperé por largos años creyendo que regresarías, 

tus innumerables promesas me hicieron creer que tus palabras tenían valor.

Ahora voy desmontando lentamente la imagen de cuando hacíamos el amor.

No sé si olvidaste el camino, o simplemente decidiste no regresar.

Tengo que avanzar, haciendo las paces con nuestro pasado.

Me siento pequeña y a la vez tan grande

por haber superado sola las intensas noches del olvido.

Ojalá reconocieras que hubo días que éramos felices.

Ahora cruzo la tormenta sola,

ya que me soltaste mis manos cuando más te necesité.

Abrázame por última vez sin juzgarme por las lágrimas que humedecen mi rostro.
Me fuerzas a buscar el amor entre las calles como si fuera tan fácil encontrarlo.
Nos quisimos entre el amor y el odio,

no fue el amor quien nos dejó,
simplemente fuimos necios olvidando

que para seguir juntos deberíamos habernos respetado.