Invasores de Europa

Los pasajeros del Caronte africano no llegarán a Lampedusa,
la piedra impura en medio del Mare Nostrum
soñada por los que emergen como clones
de los hombres y mujeres antiguos llevados sin combate al Coliseo.

Pero estos invasores sólo quieren vivir como romanos,
no son los bárbaros que llegaron a Roma con estruendo
a enmudecer al latín para siempre,
salpicar con sangre los laureles
y romper en pedazos la lira de Nerón.

Invasores pobres,
no golpeen la puerta de Kafka
ni pidan piedad al Dante.
Los campanarios de Europa como faros malignos
guían sus barcas de peregrinos sin espada.
Los que van a la cruz
ahora ni siquiera pueden saludar al César.