Hijos
poema de Alexandro Johns
Júpiter devoró a sus hijos.
El Cid sufrió las desgracias de sus hijas.
El rey Lear amó por error a corazones ciegos.
Cuanta sombra engendra la antigua clonación.
Cumplida la tarea
nadie recuerda
a fundadores o alter egos
como si el tiempo fuera
una sutil tempestad de arena
que todo lo difumina:
Entonces es Adán
quien recibe en verdad
el golpe de quijada de Caín.
-Abel está a salvo,
nunca tuvo hijos-.
Efectuada la ofrenda
en el altar biológico
dioses, guerreros y reyes
se quedan solos.