La Gata Pepita, Pepita la gata

Un homenaje a Pepita, esa princesa que salta y llena el vacío de todos los corazones, cuando con su filial amor incondicional, las penas por grandes que sean, las hace olvidar.

Pepita, Pepita, la gata más linda
de la casa, adorna el hogar,
presurosamente orgullosa, sale a pasear,
Pepita, Pepita, la niña, la bebé consentida;
Pepita dame un piquito,
y la golosa gata se hace esperar,
pero inclinando su carita y orejas
con dulzura se deja besar.

Pepita, Pepita, camina, salta, acompaña,
y hasta la cama se ha acostumbrado
en las frías noches como hornillita calentar,
compañera de penas y dolores crónicos del alma,
para curarlos amorosamente,
no se ha hecho esperar.

Colmando de alegría la vida de Silvia,
Orfidio, Santiago y sus canes,
la bella Pepita es experta
en cuidados del hogar,
porque ella sabe y tiene muy claro,
que es la Reina del Hogar.

Pepita, Pepita, calienta el hogar
con su ronroneo, con su dulce mirar,
que hasta los inmensos perros
su corazón se supo ganar.

La traviesa y delicada Pepita
que a todos hace deleitar,
con su suave pelaje blanco,
y sus manchas negras y amarillas,
iluminadas por el verdor de sus ojos,
es el sol que a diario enciende
día y noche la lumbre de nuestro
campestre y majestuoso hogar.

La bella Pepita sabe de las penas del alma,
se acerca, acaricia y con su bella presencia,
de un santiamén, las penas y dolores,
con la fuerza de un huracán echan a volar.

Pepita, Pepita, fuerte como un roble,
se quedó por siempre en su bella campiña,
porque con valentía desafío el hambre,
y abandono, y con su bondad,
este dulce hogar lomeño, se supo ganar.

Sabías que pepita cura las más temibles
crónicas y desafiantes enfermedades,
ella es la Doctora del Hogar,
hasta la lotería te hace ganar,
basta que la alimentes, mimes y cuides,
y tus penas y males, por muy duros
que sean, echan a rodar.

Pero el misterio más grande es que
con su sola presencia, sin que
te des cuenta, todo en tu
alma y cuerpo empieza a sanar.
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