Cuando sus pétalos se van marchitando

poema de PAR

Qué ingenuos somos cuando la vida la vemos pasar cuando sus pétalos y cáliz se están apagando.

Ella fresca y yo marchita, ella en su resplandor y yo con mi agudo dolor.

Ella serena la noche con su suave aroma,
y yo anclada, amarrada en mi rutina, en una encrucijada sin salida.

Ella con su suave aroma cantando y susurrando a la misteriosa noche, y yo aquí atrapada en mi soledad, dejando que el tiempo se derroche.
Ella, clara, trasparente con su inocente frescura, yo ya marchita, dejando que el tiempo me cobre factura.
Ella embriagante, exquisita, seductora, y yo acá sentada, meditabunda, esperando una brisa sanadora.
Ella ahí esperando, yo acá el tiempo entre mis manos apretando, atrapando.
Ella, ella, solo ella embriagando y así en menos de un segundo un siglo va pasando, mientras su inocente belleza voy contemplando y el cascabel de la vida con su eco, no sé qué cosa me está recordando, pero el tiempo me lo voy rumiando.