Anatomía de la muerte

poema de PAR

Se acercó lentamente,
cerciorándose de no ser antes vista,
sigilosa, miraba
a su víctima atentamente,
ya la tenía estudiada y analizada.

La tomó suavemente de la mano
sin retirar un solo segundo la mirada
de sus lánguidos ojos; era innegable
que la quería para sí,
la víctima lo sabía, ya no podía hacer nada.

Pero tan pronto después del Covi ¿acaso son virus o nuevas bacterias?
interrogó la pálida y temblorosa víctima.
No importa, respondió la acechante.
¿Todos marcharemos contigo tan pronto?
Si, replicaba la murga, mientras orgullosamente su cabellera erguía.

Pero....
Mira, no, no...NO puede ser...
¿Dime qué puedo hacer?
no quiero partir aún, hay cosas pendientes...
Paradójicamente así fue, así sucedió, nadie lo pudo evitar,
después de la fuerte ola de calor, ninguno en esta tierra puedo recibir el nuevo amanecer.