Tu nombre

Ganas no me faltaban de quedarme horas enteras en el eco de palabras intensas, renglones acurrucados con el frío de la noche, tarde y mundana. Que ganas de que las palabras sean susurradas en mi oído. Que ganas de estar en la misma ciudad .

Usted cree que de tantas veces que nos deseamos un horizonte lleno de brío y que deseamos un atardecer en la reposera, tocando el pasto con los pies no son sueños tan reales como inalcanzables?

Sabrán decirme las estrellas que tantas horas le he dedicado al refucilo de tus ojos en un pasillo con bicicletas y hadas. Sabra decirme la luna que si me pierdo en re no podré seguirte tras bajar las escaleras, sonoras y danzantes.

Tengo un manojo de hojas pintadas con los planos de unos tipos, minúsculos y en mayúsculas que forman un formato de poemas solo para quien encuentre un nombre ahí.

Abajo el impulso insensato de perder la costumbre de no refutarte cada oración de la distancia, de perder la costumbre aterradora de no poder hablarte una noche más.

Vos sabes que el viento me pidió seguirlo y entre las olas y remolinos, un camino de espinillos me obligó a una revenrencia frente a los dedos finos de tu voz.

O no será que es todo un drama y solo tengo que dejar que la noche se haga tiempo, y en tiempo nada y la nada vida. O no será que no existen nombres, arte, por, hombres, cobre y una sopa sin color.