Nadie sabrá que fue de nosotros

Es confuso, escribirte desde un lugar que ya no habitamos.
Es realmente extraño escribirle a alguien que ya no conozco.
Yo que no se donde estoy.
Los años han pasado y he sumado conocimientos, que jamas podre compartir contigo.
Nadie sabrá que fue de nosotros.
Siento escucharte, y aunque se que esa no es tu voz. Me da calma. El olor a cigarrillos en alguna campera de cuero me persigue en mis sueños y en segundos todos los álbumes de fotos se vuelven tus ojos.
Que fácil es recordarte, que fácil es amar cuando el amor de tu vida esta dando la vuelta de tu cama. Pero que horriblemente difícil es olvidar los caminos de pedazos rotos, de un apasionado corazón. Que difícil haber llegado tan lejos. Sin un amor tan escandaloso, que difícil haber armado y desarmado incontables veces, el propio. Que larga pesadilla, que terrible es el dolor, que espeluznantes noches. Tener un hueco, con un pedacito sin cerrar. Como esa cicatriz que volves a lastimar, que le quitas la cascarita, para que deje marca, para que nunca olvides, para que sea fácil recordar donde no queres volver.
Nadie sabrá de nosotros, porque jamas volveré hablar del amor. Porque te lo prometo amor, me esforzare todos los días un poquito mas hasta que un día lo logre, y te olvidaré. Te olvidaré mi amor. Y sera hermosamente fácil recordarte, sin saber quien sos, sin saber quien soy. Sin saber que fuimos.
Todos los días buscaré la forma fácil y hermosamente de sacar tus rasguños de mi cuello, del olor a cigarrillos. Aunque tenga que quemar todos los que hay en este mundo, te prometo mi amor que te matare hasta en mis sueños, y sera fácil porque nadie sabrá que fue de nosotros.