Respira

Date un segundo corazón.
Toma aire, por favor,
y grita fuerte con razón:
¿Quién es tu fuente de amor?

¿Acaso es ella tu inspiración?
Pues demuestra tu intención,
que con miradas que matan
no se conquista un corazón.

Mucho menos el de ella,
por ser tan fría como Hella,
y tan caliente cual candela,
es difícil no quererla.

Pues si su sonrisa no me embriaga,
su mirada tímida me atrapa.
Si su voz no me ata,
mi cara me delata.