Revivir momentos impresos en el alma, vagan como mil pensamientos en la memoria, una herida causada por el llanto en instantáneos segundos de gloria pasmada, seducido por tu virtud ineludible entre los campos de tu cuerpo sujetos en tu carisma, palparé la fantasía de la fausta dimensión, tus ojos hablaran de amor en la súbita sombra que adornará la noche vestida de gala con un tapete azul, te recibirá Dios entre sus Ángeles y aquí en esta tierra incompacta por tu ausencia siempre esperará el mortal estúpido que acompaña la frígida soledad.

Despertare por la mañana entre dormido, los parpados pesados se arrodillarán ante el indicio de una lagrima, no obstante postraré mi calma en el silencio el ritmo de mis pulsaciones imperceptibles llamaran incesablemente el óbito, destrozaré dolorosamente el mausoleo que posee el matiz de rostro, sobreviviré a pesar de la tempestiva marcha del tiempo, sobre los años la equimosis de la incuria se tatuará sobre mis pupilas y la ráfaga del viento dibujará acentos de tu boca, el sórdido vocablo de la infamia tocara mis oídos, expectante las estrellas fijas en la sinfónica del universo admiran la beldad extraordinaria del objeto que despierta la opinión de los hombres, ella solo será perfección….

El carruaje abordarás conmocionada la palma chocarás con el viento anunciando la latente despedida, y contigo embargarán muchos recuerdos, mentiras y fracasos pero nada de ello vislumbrará el escenario fatídico de un hombre despojado del idilio, arrebátame tu sonrisa, la tristeza y la sensatez; mi alma, la alegría incluso las entrañas de mi corazón, pero deja que subsista desnuda la verdad desmembrada que por amarte e fallecido de amor.