Domingos por la noche

poema de Josephina A

Cuándo abro la caja de los recuerdos,
tu risa parece luchar contra tus males
para aparecer primero
e inundarme el cuerpo de melancolía,
por que como tu boca siendo feliz
no existe nada más ameno.
Luego se me empañan mis ojos amor,
imaginándome los tuyos,
tus ojos que me pedían
que no me vaya nunca de tu lado,
con un simple parpadeo.
Y tantas noches dejamos que nuestro deseo floreciera,
como la mano de un poeta en un día gris.
Y cuántas veces nos hemos dicho adiós
deseando pasar todo el invierno encadenados,
¡por qué nuestras manos van juntas, sino no van!
por qué todavía siento tu nariz junto a mi oreja
susurrándome que estás aquí,
que no te has ido a ninguna parte
y que mientras yo lo desee,
tienes un repertorio entero de canciones
y poemas para mi, tu fiel amante,
de domingos por la noche.