Me volví viejo

*Me volví viejo*
Poema de *Joreman*
Me volví viejo, canoso, tembloroso y arrugado
Cojo, ciego, cadavérico y culichupado
Me volví con los años, por nadie hablado, ni preguntado
Nadie me espera, ni por nadie soy recordado
Ando de vagabundo, sin huellas, ni rastros de caminado
Las enfermedades y achaques me arropan, los dolores son demasiados
Nadie me determina, ni por los ecos, tampoco soy escuchado
Sólo veo la soledad y hasta los gritos son silenciados
Ya nada me impresiona, ni por nadie soy deseado
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Me volví viejo y en una banca solitario me la llevo orando y rezando
Sin pecado, ni confesión, el viacruciz, apenas está empezando
Me volví sordo y a veces mudo, sólo lo malo a medias sigo escuchando
Se me está yendo la vida y hasta los amigos me están olvidando
Una tenue brisa fría y húmeda invade mi cuerpo, será que la muerte ya se está acercando?
Y la garabatúa con su trinche hirviente y amenazante, me hace señas y me está con el dedo largo y huesudo señalando?
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El camino se torna árido espinoso y polvoriento
Hace rato se acabaron los senderos florecidos y los sentimientos
Solitario veo venir el precipicio y el escalofriante horizonte al que me enfrento
La vejez es algo que se ve venir, pero es amargo el sufrir y su acontecimiento
Me volví viejo en un santiamén y por lo que veo, es largo y tedioso el sufrimiento
Se fue al carajo todo lo aprendido, el conocimiento y del poeta la escritura de su talento
Un aire huracanado arrastró con la hojarasca y de aquel viejo no queda ni el testamento, ni su fragmento
Hasta mis olores se esfumaron y sólo quedó el lánguido y taciturno de la vejez en la posada y su aposento
Me volví viejo, pero nada de lo que hice en la vida me arrepiento
Nada me persigue, ni de nadie huyo, ni tengo tormentos, ni remordimientos
Nada extraño, sólo el corazón que late de aquel amor sangriento
La vejez es cruel y no se muere de viejo, sino de aburrimiento
Las noches son largas y oscuras y las pesadillas se las llevó el sueño liviano y soñoliento
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Me volví viejo y no sé a qué horas se me fue la placentera vida
Tampoco, cuando se fue aquella mujer, que me abandonó en aquella noche de su escalofriante huida
Se me olvidaron sus huellas, su fragancias y hasta cómo iba esa noche vestida
Me arropó la vejez y se acabó del toro la faena, la estocada y su corrida
Me volví viejo, la vida se va y el tiempo con los años todo se olvida
Y en un panteón sin nombre, el cuerpo yace inerte y cadavérico, en hediondez convertida
Se fue la vejez y se marchó la vida y el alma voló al infinito, sangrante y herida
*Joreman*
*Jorge Enrique Mantilla*
Bucaramanga febrero 15-2024