La fe
Sube, sube, el adormecido bramido,
lana y sudor en el áspero escozor,
miles de suelas amorosas en extravío.
Rezuma el tumulto, en pasos y balbuceos
y allí arriba, frágil en luz, me balanceo.
Dudas y dunas de cabellos, ya emergen
en los vaivenes de tapices de vivos colores.
La marea se enreda en arpegios del mismo eco,
miles de suelas amorosas en camino.
Abandonan llanto, desaliento y destino
y allí arriba, frágil en luz, me conmuevo.
Ritmo a ritmo, el tambor de truenos
ejercita su máster de encantamiento,
ensamblados movimientos seducen,
el río humano en abrazado sentimiento.
Y allí arriba, frágil en luz, me desconcierto.
En la oscuridad de los tiempos,
solo el techo del cerro parpadea.
Un resplandor ancestral revolotea...
¡Eco, tumbo, eco, tumbo!
miles de suelas en manos se engarfian
para pedirme Sur y consuelo .
Y allí arriba, frágil en el viento
me apagaré una vez más
sin respuestas y en silencio.
Comentarios & Opiniones
Sin respuesta y en silencio! cuantas veces me ha sucedido esto! tenes razón. Saludos
el fervor de la procesión y la búsqueda de la divinidad dentro de uno es lo que queda.... saludos
Excelente poema Ariel, interesante instrospección al sentir de la fe.
Gracias Beto, que compartamos percepciones sobre nuestras interrogantes constantes..