No más claveles para los ángeles.

poema de H. R.

A veces me pregunto
porqué el sol ilumina las mañanas
pero no las ve.
A veces me pregunto
porqué el sol brilla para el pueblo
pero el pueblo no para él.

Siento que no entiendo
porqué aquellos girasoles
no se giran hacia ellos.
Porqué será que me pregunto
y nunca entiendo este sentimiento.

Más mal está
aquel diestro
que no sabe serlo.
Más ciego está
aquel clavel
que no mira
pero si ve.
Y yo que aunque siento
no toco ni expreso,
igual estoy
que cualquiera de ellos.

Mira aquel rey que cierne,
como Morrocoy entre azahares
de mañanas interminables.
Si, soy aquel anciano verde
que se sienta todos los días sonriente
para ver al sol creciente.
Soy cava en el invierno
y sombrilla en el verano,
por más que lo digo
sigo sin ser adecuado.

¿Qué es aquello querida
que te hace moverte?
Por qué aún en el frío
tu sigues caliente.
Será que gustas de aquello
de lo que no gusta nadie.
De ver los glaciares llorando
hacia las ballenas cantando.

Quiero entenderte
quiero poder verte.
Te extraño día entero
te extraño en año nuevo,
¿Si sabes que te extraño
al menos podrás dejar de provocarlo?
Si aún no lo entiendes,
entiende que no se puede.

Margarita de mi vida
¿Si te doy tres de tus hijas
volarás de mi vida?
No niego que te extraño,
pero entiendo
que no quiero hacerte daño.
Si sigues viendo el sol
ignorarás su dolor,
no lo veas
porque ahí estoy yo,
queriendo iluminarte
sin poder recibir de tu luz,
porque a veces es mejor
que tu querida
seas vida
y no dolor,
así yo sienta
este gran rencor.

-De : H. R.
-Para : M. A.