La Rosa que no se amaba

poema de H. R.

¡Detente!
Estás herida,
del corazón
y de la rodilla.

Déjame ayudarte
no me tengas miedo
no te haré daño, no pienso hacerlo.

Estoy aquí por ti, soy tu amigo
y lo que quiero es que te sientas bien conmigo.
No planeo dejar que estés mal,
es que eres importante para mi,
eres una parte de mi.

No me gusta que hables conmigo fingiendo felicidad cuando estás mal,
si tienes que hablar,
pues yo estoy para hablar.

Querida, eres una rosa,
no des tus pétalos
y tu belleza
si no vas a recibirla de vuelta.

Eres hermosa,
ya eres perfecta
con tantas imperfecciones,
deja de decir
que estás llena de errores.

Eres sol,
eres amor.
Sientes dolor,
sientes presión.

Si con nadie tu estás,
para hablar.
Pues yo estoy aquí,
para ti.

Vamos juntos,
por el sendero de piedras,
no dejaré que te caigas
ni te hieras.
Si me acompañas,
prometo que tu pena
se vuelva agua
y no te pese
en el alma.

Confía en mi
cree en nosotros,
te amaré
te querré,
y contigo yo estaré.

Pdta : Este poema ocurre en
un tipo de persecución.

-De : H. R.

-Para : R. V.