Y como no vas a doler

Como si de piedras en el río se tratara la noche llega con olor a carbón.
La incertidumbre se vuelve un desesperante suspiro que brota de la piel.
Y dueles en los huesos, en la piel y hasta en los ojos.
Y como araña tejo argumentos que se pierden en tus raíces.
Y un suspiro desesperado se me escapa de las manos, y le dueles al tiempo, a los sueños y hasta a las ganas.
Y la costumbre se vuelve un perro desnutrido, y la bondad se queda menguando en el deseo.
Y dueles en los huesos, en la piel y hasta en los ojos.
Como no vas a Doler en cada latido...