Sentir

poema de Shelley

Frágil es mi corazón y dósiles mis neuronas, al ver el alma que en el espejo se asoma. Siento tus alas, rodean mi alma, abrigan el corazón de una flor en llamas.

¡Qué dulce espejo! Encarna el alma un vil desapego.

Shh...

Paz en mí. El silencio de la noche, te trae a mí. Y respiro lento o acelerado, bajo tú dulce encanto me muevo anonadado.

La luz me rodea, mi corazón se acelera, mi mano tiembla y tú lo generas.

Siento tú abrazo, suave como el lienzo, profundo como el beso, de tus labios rezecos. De inmediato, lágrimas, plenitud del alma, que cierran mis ojos ante tú calma.

Respiro...
Algo me ataca... La tan anhelada sensación de tú llegada. Aleatorio se torna, el movimiento involuntario de mi cuerpo, junto al sentir de mi pensamiento.

Un momento, un eterno, el llanto del universo, bajo aquel pretexto. Sensaciones, nostalgia, gozo, plenitud, rendidas ante tú gratitud.

Un universo
Una puerta
Una llave
La de aquella indiscreta.

Agua
O sequia
Ambas se guían
Por el camino
De tú mejilla.

Comunicación, una palabra vacía, quizás interpretada por tú dulce mirar. Me acompañas por la vida navegando el mar de la alegría.

Soy tú pluma, libre, entintada para expresar cuánto me ama.

Gracias
La palabra
Que viaja
Por los cielos
De las galaxias.