Barro
poema de José Mardones
A veces camino más despacio
y clavo mi mirada de infante
sobre todo y nada al mismo tiempo,
y respiro nostalgia, respiro pasado
pasado disfrazado de presente
por que niente se sostiene.
Es el juego de los dioses
y todos tenemos algo de divinidad.
Detienete y observa
como todo es creado
para ser destruido,
y solo podemos saborear
las formas temporales,
como planea un ave
o la intima sonrisa de dos amantes.
Barro.
Nada más que barro somos,
y a todos los niños les gusta jugar con barro,
y con certeza proclamo que los juegos de niños
son de lo más impredescible,
y esa incertidumbre
es nuestra única certidumbre.