Libelillo de versos

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta…

La poesía de Neruda nace por medio de las cosas más triviales y frívolas. Sonará contradictorio, pero se puede ser poeta a través de las cosas más inverosímiles, oscuras o hermosas que hasta el mínimo aletear de una mariposa pueda inspirar. Al igual que cualquier persona que intenta zambullirse en el complicado mundo de las letras con ese suave candor como lo es la sensibilidad al toque pero como todo también lleva un desarrollo y un aprendizaje. Ya decía el escritor peruano Ricardo Palma ¿Es arte del demonio o brujería esto de escribir versos? Neruda es un compendio de interminables frases, metáforas, ritmo, musicalidad que pareciera elevarse por encima del Olimpo en cada verso que era sencillamente el grito desesperado de su alma, de su transitar por las vicisitudes de lo cotidiano, de lo efímero, de lo sublime. Su poesía es una mezcolanza de lo sombrío y pasional, hay una conexión entre la mente racional y lo irracional propio de la incoherencia que puede haber hasta en las mentes más lucidas. El factor psicológico se hace patente en toda la obra nerudiana emergen como destellos los conflictos más ocultos de su inconsciente pero también es cierto que no podemos desligar al hombre del poeta están concatenados aunque polarizan independientemente. Cada estrofa de su obra es un fiel reflejo de su estilo vanguardista y creacionista compone de manera muy particular y sustancial se entrega airoso al mundo libelillo de sus versos que es el océano transcendental donde navega en comunión con lo emocional y lo sensorial.