LA VIDA DE UNA MADRE.

Así es la vida de una madre,
cría a sus hijos cual pollitos,
sin mirar si es hijo o hija,
los cuida por igual,
y dentro de sus alas los cobija.

Y cuando son grandes
cada uno toma su propio camino,
y la madre va buscando a sus hijos
en las sombras del olvido.

Es la madre, madre que lucha
incansablemente día a día, sólo ellas
saben el gran sacrificio que hay
bajo este mismísimo cielo con estrellas.

¡Oh madre!,
en la costa, en la selva, o en la sierra,
no hay otro ser más grande
y noble como tú
que habite sobre esta tierra.

Y termina el día y viene otro día,
un día sin pausa y trajín que dura
a veces toda una vida...
Pero ella nunca pierde su dulzura,
o si no mira, mira como esas madres
cogen de sus brazos a sus hijos,
van con caricias y besos
hasta dejarlos tan seguros en sus nidos.

Quisiera que no sólo este día de mayo
te recuerden, si no, el noviembre,
el noviembre y sus días que vienen,
te echen de menos, siempre, siempre…

Sólo tu madre, eres la que llenas
esos vacíos de tus hijos con inteligencia.
No hay cosa más grande
tenerla a una madre viva
y llenarle de blancas azucenas.

Madre, a veces hay cosas que te hieren
cuando tus hijos se portan mal,
pero tus convicciones y sueños nunca mueren.
Y sigues adelante, no hay golpe duro
que a tu corazón taladre.
Eres el ser más grandioso del universo
que hasta Jesús con ser Dios hizo tener a una madre.

Bajo el Nombre de Poetita azul®/