Ensimismado

poema de Valevill

En su mirada un par de joyas, de esas que no hayas muy a menudo, en el pecho tiene a Marte y en los dedos... arte!, en sus rizados cabellos el café, en su alma el vino, en su música su obscuridad y en su guitarra la sinceridad, no se ve frente al espejo, yo de lejos solo su reflejo, dice poco! por no decir que nada, sus demonios lo tienen loco, y su infierno lo acobarda, si se viera por un día como yo lo veo! Con todo el esplendor de un camafeo, quizá no cambiaría de personalidad pero tal vez vería su genialidad, entre sus pasajes de espinadas rosas la perspectiva real de las cosas, que en el tiempo que siente perdido, lo que queda de lo vivido es edén entre mortales y los jardines aquí en la tierra no son habituales, se ve a si mismo como cobra en el paraíso sin ver que en mi mundo banal es manzana de las que dios hizo.