Aspero incubo

Se arrastran los días
en las cadenas del tiempo.

Nuestro presente vivimos
en las tumbas del ayer.

Entre esas miasmas se dejan ver,
todos nuestros fallidos sueños,

En escleróticas arterias germina
solo el oropel nauseabundo
de lo que ya nunca pudo ser.

De tu sed y mi sed,
nace el más áspero incubo
porque el ángel se nos fue.