A ratos

Tengo una herida en el corazón
que no se ve, es como un grito
en el vacío,
me esfuerzo en contenerla
para que no se extienda a mis dedos,
y que me deje teclear este teclado
más muerto que vivo,
esta herida es estrecha,
sé que más que extenderse
quiere anidar,
espacio no tengo,
o traspasar todos mis
órganos vitales
y después resumir el daño
"con un ya te lo dije
que de nada servía concluir
el día con un vaso de historia,
o un chute de olvido"
que el corazón es un músculo
y que sus ventrículos se
ocupan de ti, y si ahora
está herido
nada se puede hacer más
que soñarle sano
y orgulloso como un cipres
desnudo,
tomarse
varias vacaciones
y en el trabajo
dejar de esgrimir
una sonrisa eterna
cuando el agua del
grifo te sabe mal. Entonces
no le culpes al corazón de quejica,
de harto de mentiras, de vivir
simulacros. Si te duele un poco a ratos
es porque también se cansa
de ritmos infinitos,
de los microsegundos.
Cuando quiera pararse o curarse de
espanto, lo hará por sí solo,
hablar contigo
es una perdida de tiempo,
se me hace claro
que el corazón tiene harto
de secretos y uno de ellos es
su propio latido, que se ha hecho
tan íntimo que solo el pulso
lo percibe, para eso
necesitas tus dedos.
Esta herida en el corazón
es como una
mariposa
que se impone doblar las alas
para caber
como la hija que encoge
su cabeza par acomodarse en el
pecho de la madre,
como la mariquita tan
diminuta que
atraviesa los ventrículos
si sentirlo.
Algunos llaman a la herida
miedo y hambre.
Yo tan solo la siento
cuando el coro
de voces se desvelan, y este dolor se
despierta con un revoloteo.

Comentarios & Opiniones

LUZPAZ

Un coloquio muy interesante. Me gustó pasar. Saludos

Critica: