Abismo

Las noticias tristes de la mañana
borran la luz que entra por la ventana
desolada. Nuestro olvido arremete
contra los cristales de los deseos
que se rompen inconsolablemente.
Ahora nada queda de los sueños
hambrientos de un porvenir moribundo.
Simplemente, como la rosa marchita,
has dejado de ser . Sobre la puerta
que abre un cielo nuevo, un mundo infinito,
yo nunca podre saber la certeza
que devela la esperada eternidad.
¿El mal se apodera de la humanidad
si el Eros y el instinto de muerte luchan
dentro de la sombra del corazón?
¿Solo eso nos queda, la destrucción?
¿Las voces entristecidas que callan,
el silencio y el desierto de los días
en el mañana, el adiós irreparable?
Camino por calles interminables,
y aunque sea en vano empiezo a recordar
sus colores múltiples, sus aromas
otoñales, sus incontables hojas secas
que caen de los árboles desnudos
sobre las baldosas frías en la plaza.
Libros viejos descansan en una meza
que siempre es distinta. El abismo profundo
contiene las respuestas insatisfechas.