Las secuelas del pasado

Dilatadas mis pupilas amanecieron,
porque vino un recuerdo involuntario,
permisibles mis ojos no escondieron
la tristeza que oculté por muchos años.

Abrumado aparecí súbitamente,
por cuantiosas secuelas del pasado,
y un recuerdo al volver es más hiriente
que el propio dolor que lo ha causado.

Sentí una arritmia sinfónica en el pecho,
y con blasfemia solté una maldición,¡Maldita sea, dime con qué derecho?
vuelves a herir a mi pobre corazón.

Con magullones de un amor enfermizo,
que me hizo desplegar mi inmadurez,
no fui capaz de asumir el compromiso,
de aceptar que hoy tú ya no estés.

Y me perdí con mi locura tras la sombra
la triste sombra de un secreto padecer,
que en silencio aún te busca y te nombra
aunque sé que nunca más vas a volver.

Pablo Berkell
(El poeta maldito)