Te quiero.

Debería dejar de pensarte…
Ya que prometí, no volver a enamorarme.
Pero tú, con esa mirada tan apacible
has hecho que cumplir esa promesa sea un poco imposible…
tu tacto, ha devuelto el calor a estas manos congeladas
que escribían poemas cuando ni siquiera sentían nada…
tu sonrisa, ha iluminado el camino de este viajero
que no sabe expresar lo que siente y por eso escribe un pequeño “te quiero”
pero… ¿Qué quiero? Te estarás preguntando
¿Qué quiere un poeta que vive su vida soñando?
¿Qué quiere un poeta que vive entre escritos de melancolía?
es una pregunta que yo mismo me preguntaría.
Te quiero… plasmar en cada texto sin excusa
y dejarme llevar por el compás que quiera bailar mi musa…
Entre las líneas de esta hoja vacía
quiero hacerte mía… al mismo tiempo que escriba una nueva poesía
donde te describiría… o al menos lo habría intentado
ya que no hay palabras que describan perfectamente lo que tengo pensado.
Aunque si lo hiciera, empezaría por el detalle más pequeño
cada pesadilla, cada sueño, cada fracaso, cada empeño
físicamente no te describiría, ya que poca gente me creería
pues dicen que la perfección no existe… ya que no te han visto todavía…
y si te conocieran, no dudo que más de uno se enamoraría
como prueba, tienes al escritor de esta poesía.