fugaz

Breve suspiro,
como las olas del mar,
viento que roza mi cien,
cuando cierro mis ojos,
o cuando mis recuerdos sabotean mi paz,
estas tú,
miro al cielo eterno,
ese que cualquier mortal en su sano juicio ve,
atercipelado sentir,
castro desde raíz,
cualquier afinidad,
esa que puse una vez en un pedestal,
plasma en mis lienzos blancos,
ese eco adormecido,
de un sentimiento reprochado,
quizás correspondido,
pero solo es solo un vestigio,
de lo que una vez fue,
me siento mejor cada vez que te pienso,
aunque Doña soledad esté,
solo ella sabe mis noches interminables,
donde solo apareces en la madrugada,
para llevarme a tu aposento,
descansa dentro de mi,
ese ser que jamás fuiste,
ese ser que jamás fue real...