Último Segundo

poema de Vivo

si le soñase al sin sentido
tan maltrecho camino
y que a mis pies fundiese
la luz de mi destino,
que una aventuranza
despojada de falsedades
rindiese tributo a mis anhelos
y en mis manos cansadas del intacto
cayese una moneda de cara al sol,
engañaría al tiempo con comprarle
tres minutos de tu amor,
y en el último segundo quemaría
el corazón de mis retinas,
para guardar por siempre intacta
tu silueta en mis pupilas.