Denarios

poema de Mario Waits

Predicador en el desierto de cemento
las mujeres arrebatan y se juegan tus ropas
en grandes almacenes
una de ellas se suicida usando tu corbata
sigues desnudo
con tu biblia de latón bajo el brazo
das el sermón del Monte de Venus a las prostitutas
estudiantes de universidades de moda
te responden con amplias risotadas
confundiéndote con un exhibicionista pervertido.

Disfrazado de azul el anticristo
te rompe las costillas a golpes de macana
oscurece
un borracho orina a ritmo de blues
te ofrece un trago con sabor a vinagre.
En aquel callejón revives a un niño
sodomizado por su progenitor
la lluvia ácida te ayuda a bautizarlo.

Las drogas destruyen anuncia un cartel
justo donde un agente de viajes
da sin reservas pases a través del espejo
Alicias modernas extravían su vida por las coladeras
ante un conejo al que le sobra tiempo para eyacular frente a ellas.

María Magdalena te traiciona
se acuesta con tu mejor amigo
por treinta denarios y un trozo de cuerda de segunda mano.
Tu madre pide posada a las puertas de grandes editoriales
para intentar publiquen tu frustrada novela.

Te han robado el apetito
le das al mulato de las muletas rotas
tu último mendrugo.
El mar oscuro y frío borra tus huellas
el oleaje de sal entra por tu costado
la resaca del tercer día
te devuelve a la vida.

Tu padre disfrazado
de payaso callejero
te recibe en sus brazos.