Jaimas de humo

poema de Ouafou

X

Tu boca
es un pozo
temo bajar,
el agua de tu boca
es dulce
necesito mojar.

Xi

Era de noche
tu corazón,
fue de día
mi colchón.

Xii

El granado
se irrumpe en tu cuerpo,
tus dientes
grano de granada.

Xiii

Tal vez
sea carbono tu libro,
Tal vez
sea agua mi raciocino.

Xiv

La mula del cementerio
cree mi tío,
tiendas de venado
mi campo minado.

Xv

Septiembre
llama al timbre,
lunes
atajos y calambres.

Xvi

Mis ojos
dos fuentes húmedas,
mi nariz
dos cavernas sin luz.

Xviii

Un riachuelo
se abre entre tus venas
una idea
da un paso entre tus imaginaciones.

Xix

Su vida
se resume en una gota de sudor,
su fuerza
es el carro de fruta que empuja.

Xx

La madre
la cebolla al sol planta cara,
tinta púrpura su piel,
se oye su voz,
tierra árida.

Xxi

Comunista
tu valle, mi vientre, su cielo,
en los sesenta, setenta,
me sonrío y me vistió,
era el maíz, el plomo,
esas ruinas romanas.

XXII

Noche de locos,
diálogo de sordos,
¿con qué te quedas?
Mi sudadera roja,
mi jersey del tío Hadu.

Xxiii

Gas en mi baba,
azafrán en tu baba,
un mal día refleja mi barba,
pantanos de lana mi memoria.

Xxiv

Lo que me dijo mi primo,
cada uno de nosotros tiene su dios,
cada uno de nosotros tiene su bandera,
cada uno de nosotros con color de su mortaja,
cada uno de nosotros con su perro de asalto,
cada uno de nosotros es un mundo de nubes y nardos,
somos juguetes,
el mundo es distracción,
mis horas son mi carácter y mi fuerza.

Xxv

El frío en tu casa,
el frío en tu bolsillo,
el frío en tu alma,
la noche en tu mente,
la noche en tu corazón,
la noche en tu tiempo.

Mohamed El Ouafi