Me gustaba.

Me gustaba llegar temprano,
pequeña niña rica
y sentarme a vuestro lado,
cosas que se dedican.

Me gustaba caminar contigo
y hablar de tonterías,
empecé a pelear conmigo,
ya sabes... boberias.

Me preguntabas del amor,
me decías que te gustaba.
No había ninguna razón,
porque en ti no me encontraba.

Y todo decayó.

Dejamos que el amargo sabor,
sí, del olvido nos tomara.
Tiempo después sentí el cruor
que esto me provocara.

Me gustaba sentarme en tú sillón,
y tocar una linda canción.
Me gustaba verte reír,
todo cambió y me tuve que ir.

Tal vez tuve la culpa,
de aburrirme una y otra vez,
de no pedir disculpas,
ya no importa, lo sabes.

Me preguntabas de pasión,
de esa rara concesión
que siempre tú me dabas,
esa rara intención
que yo jamás tomaba.

Y todo se acabó.

Dejamos de jugar en la sala,
de encontrarnos en la esquina
y la verdad no fuiste mala,
fue mi actitud mezquina.

No importa, ya lo ves,
todo pasa en un, dos, tres,
no importa y lo sabes
nunca nada será como antes.