La belleza de lo efímero palidece al compararla con la transgresión de lo atemporal

... ¡resplandecerá,
resplandecerá,
como luna al sol
con rayos acribillar!

El carrusel al que nos subimos
no tardó en verse convertido
en todo un torbellino.
Este carrusel
nos arrojará
--jugarreta del destino--
a polos opuestos
y hemos de girar
al tocar nuestras espaldas,
¡le salió mal!
¡Le salió mal!
La trampita que hicimos
cuando, de una vez, vimos
el geoide en que vivimos.

¡Compondré un tema sin fin!
Y, en tu iris, la luz--
y, en tu iris, la luz...
¡Compondré un tema sin fin!
Y, en tu iris, la luz--
y, en tu iris, la luz
¡resplandecerá!

Las penumbras en las que nos sumimos
se difuminan tras nos unimos;
somos invertidos mimos
que han de atravesar
tapias interpuestas
de un mal tabiquero,
malintencionado.
Los cantos rodados
en la lontananza,
en la lontananza
se han de quedar.

¡Mi voz llegará al confín!
y, la tuya, ya
lo trascenderá
y ella me dirá:
el vivir es más--
el vivir es más,
más que respirar
respirar y nada más.

¡Compondré un tema sin fin!
Y, hemos de vivir--
y, hemos de vivir
en el bucle así
el vivir será--
el vivir será,
será aspirar
aspirar ya a nada más.

¡Compondré un tema sin fin!
Y, hemos de vivir--
y, hemos de vivir
en el bucle así
en tu iris, la luz--
y, en tu iris, la luz...