Ahí esta el gran nevado.

A más de cuatro mil metros de altura/
no fe falto aire, me sobró mucha felicidad/
me volví un ave fénix surcando esas alturas/
fui y me impresionó esos grandes trozos de nieve/
de hielo, ojalá no se derrita, ante ti/
si ser humano que contaminas el mundo/
un jalón de orejas para esos que no aman/
a la madre naturaleza, pero igual quedamos/
esos pocos que aman y aprecian eso nevados/
Dios ha sido tan bueno de crear esta maravilla/
gracias mi señor por regalarnos esta dicha/
lugares así valen la pena conocer y recorrer/
vayamos a descubrir lo bello que es la madre naturaleza/
estas grandes odas para ti mi bello nevado/
te valoramos por siempre altura mía/.