Intermitente

Me quedé esperando
entre las cuerdas silenciosas de un cuatro,
en la vereda paisajista de un cuadro,
hacia un lado, una firma de Campeche.
Eran aquellos regazos,
los que en el penubrio de la noche,
escondían secretos vulnerables y espejismos espeluznantes.
Eran aquellos tiempos, dónde nada parece profundizar, en la nada,
dónde la nada está ausente. Es el escondite de lo que puede ser infinito, que se torna en el misterio de los ojos de un alma de vagabundo. Y mientras en ese lecho desnudo, pezcas cualquier sueño en el más recognito mar del Mundo. Creyendo o no, en las fuerzas del universo, pero allí, frágil y testarudo, mueren los besos de un amor taciturno.
Proliferan los cantos de las aves en la matutina sed de un codiciado placer, en los callados tumultos que no se escuchan, por los pensamientos en ayuno. Ver pues, quien tiene la mano agarrada al pecho, si los ya frenados deseos, o las espinas nuevamente , de un abrazo incierto. Decreto,que lo que no se siente en el alma, no se puede disfrazar con nada, y que lo que unos llaman locura , otros lo celebran con ganas. Porque sea en días paulatinos, sea de madrugadas con frío, o en fuentes sesgadas de vinos, lo que se profundiza aunque nunca se comparta, nunca fallece y siempre estara arriesgado por la esperanza inocente.

Comentarios & Opiniones

Silvia

María Buscaglia,tus letras son de gran creación y dualidad que ahonda sentimientos.
Felicitaciones!
Saludos cordiales
Beso.

Critica: