Mi Dulce Consuelo

poema de Marguerite

No sé, no puedo decir que sea el destino culpable, simplemente somos unos estúpidos... al menos esta vez mi único consuelo es ver las estrellas, una taza de café y un soledad que me abraza con un tono familiar susurrando en mi oído de la forma más agradable posible...
-oh querida no hace mucho que nos reencontramos, tranquila haz lo que tengas que hacer ahora, eres libre de desahogarte, dime, ¿Nuevamente probaste tus límites de idiotez?.