Para transmitir lo que siento, empecé a escribir mis pensamientos, aunque me desespere sentirlos no puedo ignorar su existencia y removerlos. Volví a ser inseguro de quien soy y de quien tengo, volví a perder lo que logré, dejando ganar a mis miedos.

El cielo está púrpura, la agenda se vació, el clima está perfecto.
Quisiera apreciar de cerca la belleza del exterior, más ahora solamente, me abruman mis defectos
Me la paso acostado, sufriendo y fingiendo.

El veneno que en mi mente, no me deja ni pensar. De amor propio soy carente y no me quiero levantar.
Algo pasó, que de repente, mi forma o alma empecé a odiar. No quiero morir pero tampoco despertar.

Estoy harto de mentir, estoy harto de intentar.
No se cuánto tiempo tome, no sé si pueda esperar.
Entonces, no siento ser alguien, no sé respirar, no siento ni el aire, ni las olas del mar.

Creía era valiente , por saber como no mostrar, creí era inteligente, creí mi peso manejar. No pude mantenerme fuerte, ni las burlas evitar; llegué a un punto de no ser consciente, y mi existencia mancillar.

A sandía huelen mis dientes, por la goma de mascar. Con agua lleno mi vientre, para mis culpas olvidar. Errada imagen en mi mente, que me hace vomitar; es peor lo que se siente, es el miedo a fracasar.

Siento que nadie entiende, que nadie se quiere involucrar; pues el miedo lentamente, les consume la moral. Cuando crees fervientemente que mañana sanarás, pero en realidad depende, de lo que hoy tú comerás.

Perdido en mi progreso, me tragué la intensidad, creí haber salido ileso, y me agarro la culpa y la ansiedad. Obsesionado con mi peso, se me olvidó cómo tragar, en el espejo me veo obeso, quiero mi carne rasgar. Si mi alma no responde a lo que veo, ni mi mente a lo que quiero, ¿Qué mas debo hacer para sentir que no me muero?