Vida

poema de Laya

Son luces en el cielo estrellado.
Que titilan y centellan en las noches oscuras.
Son brillos que iluminan y a veces titubean.
Que a un momento dado se apagan.

¡No quiero ver las que a la oscuridad se entregan!
¡Ni las que ante el miedo se rinden!
Prefiero ver las luces que alegres, juguetonas, mágicas y hermosas, van apareciendo poco a poco, con un titilar acelerado y una luz cegadora.

¡Vida, iluminada y bella!
¡Has de nosotros caminos de gloria!
¡Danos la esperanza de verte brillar!

Fuego vivaz, gran fuerte de energía.
Danos la maravillosa razón para quererte, Vida.
Eres colonia de luciérnagas unidas en un alumbrar.
Eres torbellino de soles en un aprender y enseñar.
Eres simple perfección, pura y sencilla, que se torna en la razón de nuestra existencia: ¡Vivir!

Querida Vida, no te preocupes, el miedo y terror no podrán ya con nosotros, ¡seremos valientes!
¿O acaso no es más fácil vivirte sonrientes?
Dime Vida, ¿no es más fácil festejarte?

Me pregunto por qué, si eres tan simple como la hermosura del océano, tan sencilla como la inmensidad del cielo, y tan pura como los colores de la naturaleza, decidimos tornarte complicada.
¡Vivir no lastima!
¡Vivir nunca duele!
Duele ser almas viejas, atrapadas, muertas en vida.
Duele no aceptar lo que somos.
Duele negarte, Vida.
¿Y qué hacemos con nuestro dolor?
Buscar a alguien para hacerlo responsable de él, te culpamos a ti, Vida.
Cuando, en realidad, los únicos responsables de nuestro sufrimiento, somos nosotros mismos, al no aceptarte dentro nuestro.

¡Oh, Vida!
Hemos cedido a la muerte tan fácilmente...
Hemos aceptado el fuego de aquella guerra que quema nuestros ojos.
Las bombas de aquella furia que estalla en nuestros corazones.
El veneno de aquel ego que envenena nuestras almas.
La propuesta de aquel demonio que alimenta nuestra codicia.
La oscuridad de aquellas lágrimas que te destruye, Vida...

Eres luces titilando en un cielo estrellado.
Que a veces perduran y otras se apagan.
No miraré hacia los brillos destruidos.
Ni hacia los perdidos.
Veré a las jóvenes luces nacer, con la esperanza de algún día lograr verlas crecer.

Comentarios & Opiniones

Laya

Gracias, un honor que me haya leído.

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