¿Qué sucedió?

La calle yace oscura, fría, en un susurro mío, eco de mis gritos, en el viento desaparecío.

¿Qué sucedió, qué ha pasado, en esta crisálida de insomnios? Parece todo un sueño, una cruel broma, sin anhelados retornos.

Sola aquí vagando, la gente parece desaparecer, al tiempo parece estársele el ímpetu romper.

Todos parecen ir marcha atrás, en un concierto atroz, llantos, gritos, sangre, cada eco en mí, una sombría voz.

La agonía me es conocida, fue mi lamento antaño, ya no me asombra, más bien, la comprendo en mi rebaño.

Hoy pienso en quién soy, y en quién me convertiré, perdida, buscando mi lugar, mi hogar, yo desapareceré.

¿Dónde está la familia prometida, en algún rincón anclada?¿Dónde está el amor que era

mi derecho, mi ambrosía anhelada? Los niños merecemos ternura tierna, pero yo nada, Santa inocencia mancillada, ¿a dónde voy, a dónde vengo?

Señor, tú que dijiste que mi conducta no era blasfema, prometiste amor, pero encontré un abismo en este dilema.

Hablaste de abrazos cálidos, mas recibí un cruel improperio, ¿dónde quedó tu palabra, escondida en algún sombrío hemisferio?

Prometiste un camino sin espinas, sin dolores y sin penas, dijiste que vería campos llenos de flores, no cadenas.

Creí en la promesa, que ser buena sería mi escudo,

¿por qué me vendiste un cuento, que en mis sueños se volvió crudo?