Caminante

poema de Arturo guerra

Caminante

Sentado en la banqueta de una esquina cualquiera a las 8 de la noche, pensativo se encuentra un caminante, que hace cuatro horas sus pies eran motores de su alma herida por un amor, sus pies cansados de quemar asfalto que ignoraba la historia que hace 1,000 km dejo y que en su cabeza le persigue haciéndole olvidar, quién es

Treinta años atrás, en un día de invierno cuatro brazos entrelazados jurándose quedarse unidos para la eternidad, sonrisas de cristal acariciandose con suavidad, besos sabor de mil estrellas que al cerrar los ojos se deslizaban por su cuerpo, erizando sus sentimientos como pétalos de rosa al sentir la brisa de la lluvia que las hace florecer, de sus labios palabras que al caer las hojas de los árboles hacían mecer, felicidad de dos miradas, que antes de cada pestañear ya sabían la letra que cada cuerda vocal iba a pronunciar.

Compartiendo sueños antes de dormir era su oración, un camino pavimentado que el sol alumbraba al amanecer.

Una mano del hombro del caminante, una autoridad preguntándole como estas? El lo mira y por 5 segundos no responde, pero en su mirada se nota el cansancio y soledad, con una tibia sonrisa le comenta estoy bien, solo me quede soñando en el ayer, con voz amable le indica debe moverse ya son las nueve es peligroso quedarse aquí, de nuevo con una leve sonrisa agradece y piensa! Es más peligroso recordar, pero solo mueve la cabeza y continúa su caminar, sus pies respiran tierra que lo sofocan a cada paso que da, las 10 de la noche lo han llevado a un lugar donde de nuevo su cerebro toma un boleto con destino a la estación de nombre pasado, cuando en su cabeza se forma la silueta de una mano que lo agarraba y le decía a donde vas?

Miradas en la obscuridad que no necesitaban verse para poderse encontrar, bailando en el precipicio de un sueño eterno o esperando el beso del amanecer, recordándole que el ayer ya era un sueño y el hoy la realidad, risas que el viento alejaba pero como la marea regresaba más fuerte para chocar en dos cuerpos convertidos en roca que en lugar de separarlos, absorbían el golpe y más fuertes se volvían.

Al caminante las 11 de la noche le van a dar, sus labios calman la sed de amor con una lata roja sabor ron, recorre las calles tratando de averiguar qué sucedió? Buscando en ojos de extraños la historia de una vida que dejó atrás.

La noche se apareció una tarde de otoño, tal vez ya era invierno no lo recuerda bien, de sus labios aparecieron palabras desconocidas para el corazón, palabras de abandono que su cerebro no entendía, era como hacerle entender a un huracán que su misión era construir y no destruir, como decirle al viento que dejara de silbar, se sentó y solo cerró los ojos pensando que el tiempo se detendría, pero el tiempo es un ingrato y al sol le llamo para un nuevo amanecer.

Las 12 a punto de aparecer, el caminante de sueños rotos y mirada triste no puede más, sus pies lo han llevado en medio de un refugio escondido de columpios y árboles, se sienta en una banca escondida, donde seguramente por la tarde un nuevo amor se encontró, sin saber que por la noche seria su hotel, solo sonríe, el frío se ha vuelto su amigo y duerme junto a él, sus pies laten más fuerte que su corazón, es tiempo de olvidar, por unas horas volverá a soñar.

Dos miradas se encontraron hace más de 30 años, en su cabeza un leve recuerdo..., ella a más de 1,000 km tratando de olvidar, el peleando por no morir con cada paso que da perdiéndose de la realidad.

Comentarios & Opiniones

ORTIZELBA

Interesante y bello escrito, que describe metaforicamente una triste historia. Un gusto leerte. Saludos.

Critica: 
Arturo guerra

Gracias que estés muy bien

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