LA MERIENDA

poema de José

Quisiera tener contigo

una merienda tranquilo,

sosegado, sin prisa, sin pausa

Como una manada de gatos

chupa a su madre

para alimentarse

yo quisiera imitarlos

con tus delicadas fresas

tirados sobre la campiña

con la sedosa hierba como cama

Acariciarte entera

que sintieras corriente

de arriba abajo

cómo cuando caes electrocutado

Te encogieras

serpentearas del placer

que recibe tu cuerpo bendito

que me tiene suspirando

por las laderas del infinito.

Ese cuerpo que necesito

como el huerto al agua

como la música a la partitura;

olfatear tus olores por la mañana

con nuestros jugos mezclados.

Sentir ese cuerpo de seda

delicia para la libertad

de mi cuerpo y mi alma.

Entonces desaparecería

mi jaula estereotipada

compondría música de violín

para que suene acompasada

en nuestra merienda, cada atardecer

En el árbol

donde tú me esperabas

porque el viento te había susurrado

que llegaba con el alma marchita

y necesitaba calma