REMANSO DE PAZ

poema de PEPE BENÍTEZ

REMANSO DE PAZ
La violencia ronda
por las calles del miedo.
Se derrama
soberbia y poderosa
sobre ríos de dolor
y sangre.
Se resguarda,
a la espalda del orden
y la justicia simulada.
La violencia astilla el corazón,
con el filo del odio que desata,
la digna rabia del hombre.
-Hagamos una pausa,
un remanso de paz-
Contener el aliento,
cuerpo adentro,
en un remanso de paz.
Admirar el ciclo
perfecto de la vida
y su belleza escondida.
Cerrar los ojos, reír,
con la risa de los niños,
que en su inocencia,
solo quieren jugar.
Labrar el destino,
remover la tierra,
sembrando semillas
de luz y de paz.
Hacer la faena,
al despuntar del alba,
sacar la maleza,
desde su raíz.
Vivir el ocaso,
la vida que extingue
la luz de su alma,
al paso del sol.
Abriéndose brecha,
la obscura noche,
de un pueblo vejado
sin compasión.
Despertando un día
armado de valor,
con las únicas armas
las del amor y razón.
¡Sin amor y sin razón,
no hay justicia!
Defendamos la vida,
en un acto valiente
de autodefensa.
¡Imponer el orden,
restablecer la Paz,
sin el perdón que exime,
sin olvidar jamás!
Tapar las zanjas,
quitar las trincheras
honrar a los muertos
que nos dan la paz.
Soñar con el día,
cerrar la espiral,
del tiempo violento
que nos tocó pasar.
Cosechar los frutos,
del labriego que supo,
preparar el destino
de su parcela humana.
Cultivar la nobleza,
educar al hombre;
¡Sin la violencia directa!
¡Sin la violencia de clases!
¡Sin la violencia del hambre!,
ni de género, ni de raza.
¡En un mundo
para sentirse orgulloso!
¡Honrando nuestra
condición humana!
José Antonio Benítez R.
Septiembre 29/2018