Dentro

poema de Galan

Transcurro en la necesidad
de pedir milagros quemados,
todo consiste en la inmediatez
de suplicar por derecho
aquello que carece de sed.

Con motivos sugerentes y
esquivándome en la celda,
me apunto semiobtuso
sin certeza entre las manos,
pasan los destellos
y yo solo quiero perdón.

Con refugio y destemplanza
acribillo el hambre que
me pide media tregua
y media guerra civil,
tengo los dos bandos
y una única bala.

Es en la paciencia
donde escondo las ganas
de perder mi condescendiente abrazo,
apretándome el filo
de mi incapacidad,
destierro por partes mi lecho.

Hay algo que se quedó
entre el delito y la flor,
sin pruebas pero con juez,
me sentencio de a diario
en la barbarie rutinaria.

Consigo levantarme dispuesto
a concluir mis plegarias,
todo cuanto me salva
me cabe dentro,
pero es a pecho descubierto
donde me hiero con más gusto.

Descanso entre la huida y el destino
acobardándome cada valor,
concibo cada letargo
con miedo al respiro.
Incluso mendigando
encuentro un pálido frescor.

La bala sigue esperando dueño,
y yo sigo esperando a que llegue.