Guerra Mía

¿Como pretendes verme, si niegas el paso del mundo ante tus ojos?
Cubriendo con tus manos tú espejo, tu rostro
¿Cómo no quieres cortarte, si juegas con vidrios a cada instante?
Consiente de que eres seda, inconsciente que yo soy sastre.

¿Cómo quieres ir a Mi Guerra con bandera de tregua?
si mi grito de lucha cedió ante tu hermosura, en tu llanura
disfruté y contemplé, lo hermoso que es la rendición
ante un ser tan divino como tú o como Dios.

Recorrí tu rió, por tus orillas, acaricie con mi mano tu frescura
entre mis dedos, tu vida, corría, mi reflejo veía, reía de alegría.
Que se enteren las estrellas escondidas tras las sabanas del día
que te desnudo todas las noches sin tocarte, Guerra Mía.

No quiero retiradas (ahora ya no pienso en la rendición)
deseo quemar toda mi tropa ante la conquista de tu corazón
de tu meseta, de tu región, hacerme dueño de toda tu posesión
de tus errores, de tu mala organización, Guerra Mía, guerra de Dios.

Ya entendí, Guerra Mía, que tus fuegos se encuentran dentro de tu cuartel
que entre las sombras se estremece más la piel
que tus manos son transparentes y son tan dulces como la miel
corta tus venas para que salga tu aroma, pero Guerra Mía, no me des tu hiel.