GOLONDRINAS DE MAR

poema de Gustafa

GOLONDRINAS DE MAR

Te veo desde lejos y tu presencia me toca,
traigo conmigo la sed eterna del caminante,
¡de cuanta frescura rezuma tu fuente!
la beberé toda en el cáliz de fuego de tu boca.

Las golondrinas de mar buscan con brío
el alimento que descubre la marea en retirada,
¡no me quites nunca el calor de tu mirada!
mira que si no, me muero de frío.

Te siento lejana, estás en el horizonte,
tan solitaria y bella como una melodía,
¡fue algo efímero te lo juro! y es una agonía
el verte así conmigo, indiferente.

Las aves marinas ya han levantado el vuelo
obedeciendo el misterioso llamado del norte,
solo dos se quedan, de mirar interrogante,
¿te alejarás con ellas por el cielo?

Te hiciste de barro por culpa de mi pasión,
ángel que yo bajé a la tierra con mis besos
y te entretuve con mieles y embelesos
hasta hacerte mía y romperte el corazón.

Y hoy ya no sé de donde soy, no sé de dónde vengo,
sin ti soy como un niño perdido,
una golondrina de mar que solitaria se ha dormido,
soy todo lo que tienes, eres todo lo que tengo.

Repite su danza nupcial el ave del hielo
y vuelve a sonar su llamado en la tundra desolada,
pero nadie contesta, nadie acude, nada…
solo el silencio de la especie que otrora cubría el suelo.

“Vuelve a la cárcel de mis brazos,
repliega tus alas de libertad,
mira que es esquiva la felicidad
si no son fuertes los lazos”.

“Déjame entrar en tu nido vacío,
lo llenaré de nuevo con mi verdad,
que se humedezca como la hierba, de fertilidad,
que sea la tierra cuando le cae el rocío”.

“Lo sé, hoy soy el señor de tu dolor,
pero también soy el esclavo de tu sonrisa
y si perdonaras mi apuro por vivir, mi prisa,
tú serás mi vida y yo por siempre seré tu amor”.

Me apoya su cabeza y se deja abrazar,
se derrite en su alma la coraza de témpano
y de sus ojos de duro y frío ébano
remontaron libres dos golondrinas de mar.