Lluvia de Cadetes

poema de Antonio Liz

Estoy seguro de que no sabías de mí, una pista es evidente, el corazón patriótico, la medalla de honor, el mejor del batallón. Replicas y más replicas existen como yo, festividades de los caídos, mira esa bandera, tiene mis ojos, mi corazón, y mi fin.

Botas inseguras, suela arrepentida, proclamando si acaso el propósito de tocar tierra con sangre tibia, será concedido. No puedo decir más sobre mí, a menos que mi maletín, relate mi trasparencia. Fragancia de matorrales al abrirlo, el aroma de mi piel, del campo, inocente, un analfabeto con relación a un hombre de honor.

Pañuelo de papá, aquella camisa manchada por las gotas de lágrimas de mamá. Ya sabes mucho de mí, no interrogues mi cepillo dental, higiénica es su labor, nunca el mapa que identifica una calcinación. Soy aquel sin vacante, no por falta de trabajo, menos por no llegar a tiempo a la cita, incluso, con corbata llegué, representado de pie a cabeza, pero acostado.